sábado, 10 de septiembre de 2011

Princess capitulo uno

Capitulo 1:Una nueva vida.



Hace ocho años, en un campo de girasoles, situado al norte de Suecia, eran las siete de la tarde. Una niña  llamada Jenna con una media melena y de color marrón, con unos ojos verdes, corría por esos campos , llevaba un vestido de color granate, un poco corto, con una rebeca blanca que le hizo su abuela, en su cumpleaños también, llevaba unas botas pero parecían viejas de lo desgastadas que estaban, esa niña tenia solo ocho años, iba por el campo de girasoles huyendo de los que mataron a su familia. Cuando de repente mientras iba corriendo se tropezó con un chico de  cabello rubio, y unos ojos marrones que le miraban a la niña, llevaba baqueros y una camisa blanca que le dejo su padre y unas botas que parecían nuevas, allí estaba el niño que se llamaba Hiro y tenia diez años, mirando fijamente a la niña,

La niña de rodillas suplicaba ayuda, lloraba y lloraba, Hiro le extendió la mano, Jenna le dio la mano que la tenia llena de sangre, el niño tiro de su mano la levanto de un tirón y empezó a correr sin soltarla. Iban por todo el campo  de girasoles, corriendo agarrados de la mano. Hasta que llegaron a un bosque lleno de arbustos y yerba alta, que les llegaba un poco mas arriba de  las rodillas, Jenna tenia miedo de entrar a ese bosque pero era la única forma de escapar, miraron hacia atrás y vieron que les seguían y sin pensárselo dos veces, se metieron en el bosque oscuro. La  leyendas decía que los que entraban nunca salían de allí, pero Hiro sabia que eso no era verdad  ya  que el solía ir por allí a menudo para ir a su casa. Jenna confió en el y agarrados de las manos  entraron al bosque. Empezó a oscurecer así que se dieron prisa y salieron rápido de ese bosque. Hiro debía volver al castillo, pero no la iba a dejar allí.

Así que decidió llevarla con él y esconderla en el castillo, no sabia como la iba a llevar sin que la viesen y si ella querría ir con él, pero tenia sus ventaja de vivir en una castillo tan grande, una era que arriba apenas subían y había una cocina que la usan de despensa otra es que seria fácil subir  sin que nadie viese a Jenna  y el baño estaba cerca y nadie lo usaba, la habitación de Hiro estaba situada arriba, en ese piso no dormía nadie mas, sabia que por eso no debía preocuparse pero le preocupaba que ella no quisiera ir con el. Así que antes de llevarla debía por lo menos saber el nombre de la niña y si quería ir con el.

Fueron a un lago muy cerca del castillo, al llegar se sentó en un banco y le hizo un gesto para que la niña se sentara a su vera, se quedaron sentados contemplándose unos minutos, hasta que el niño rompió el hielo.
-¿Como te llamas?, le dijo Hiro con timidez.
-¡Jenna!¿y tu? dijo en voz baja.
-¡Hiro!.
Le miro con una sonrisa, por la cabeza se le pasaban miles y miles de preguntas así que se puso a preguntar, interrogándola:
-¿Por que te seguían esos hombres?,¿que querían?, ¿porque estas llena de sangre?, ¿te han echo algo?...
-Vinieron a mi casa y mataron a mi familia, yo venia de coger el pan cuando los vi allí tirados, llenos de sangre y ahí fue cuando uno de los hombres me vio y empezaron a perseguirme.
Le cae una lágrima por la mejilla  ya que seguía en shock al ver a sus padres muertos y aun no era capaz de no tartamudear al contarlo.
-Tranquila ya estas a salvo se habrán cansado de buscarnos.
Hiro abrazo a Jenna con fuerza. Mientras la abrazaba le susurro en el oído: ¡yo te cuidare y no dejare que te hagan nada nadie!
Jenna se quedo tranquila al oír sus palabras, pero seguía llorando y con tanto sufrimiento no le salían ni palabras. Así que estuvieron unos cuantos minutos en silencio absoluto se oían las hojas de los arboles golpeándose con el viento. Hiro cuando miro el reloj eran ya las once tenia que irse, fue en ese momento que le beso la mejilla y se separo un poco de ella, le miro a los ojos y con una sonrisa le dijo:
-Entonces, ¿te vienes a vivir conmigo?
Ella asintió con la cabeza y le ofreció la mano, le cogió de la mano y se dirigieron hacia el castillo. Hiro iba pensando como entrar sin que la vieran, ella no paraba de recordar la imagen de sus padres llenos de sangre tirados en el salón.
Cuando llegaron Hiro se dirigió a la parte de atrás del castillo, abrió una  puerta como de madera vieja pero no chirriaba, entraron rápidamente Hiro la acompaño a su habitación, antes de irse le dijo:
-!Queda te aquí, no tardo debo irme un momento, pero intenta no hacer ningún ruido!
Jenna le sonrió y le susurro:
-No me moveré lo prometo, te esperare aquí sentada.
Hiro hizo el mismo recorrido que antes pero esta vez entro por la puerta principal. Ay estaba la portera Sara esperándole, era una mujer alta ,con pelo corto y negro, entre unos 40 o 45 años, era delgada, vestía su uniforme negro y rojo que le favorecía mucho y tenia muchas llaves en el costado colgadas de una anilla al cinturón, hacían  ruido cuando andaba. Sara miro a Hiro y le sorprendió porque estaba sofocado como si hubiera venido de una carrera, pero no le dijo nada. Hiro la saludo y se fue directo a su cuarto que estaba en el antepenúltimo piso, subió rápidamente las escaleras y entro, pero no vio a Jenna en el cuarto entonces fue cuando empezó a susurrar su nombre.
-Jenna.. ¿donde te has metido?, esto no es un juego.. Jenna ..sal de donde estés.

El cuarto era enorme y tenia un armario enorme, había una ventana que daba al bosque, y una litera, y tenia un baúl  azul en un costado de las camas, en ese momento se oyó cerrar la puerta era el padre de Hiro. Se llamaba Luis pero siempre le llamaban Ulises tenia barba, un cabello rubio y ojos verdes, era muy elegante siempre iba de traje negro o azul, esta vez estrenaba zapatos estos ya no eran como los otros estos tenían unos cordones blancos y el color de los zapatos no era negro ni azul era un entremedio como un azul marino, siempre llevaba su maletín negro y un puro en la boca. Lo primero que hizo al entrar fue preguntar a Sara si había llegado Hiro. Sara le contesto al Señor Ulises que acababa de llegar hace unos segundos y después de saber que estaba en casa se fue al salón como habitual mente.
Hiro mientras buscaba a Jenna  que no había rastro de ella, decidió ponerse un traje para cenar, ya que a su padre le gustaba que a las cenas fuera elegante con traje y corbata, pensó donde se podía haber metido Jenna pero eso no era lo que le preocupaba lo que le preocupaba era donde iba a dormir Jenna.
No le dio tiempo a pensar más, la sirvienta Hanna abrió la puerta y dijo con una sonrisa tenia un cabello negro y brillante y con su uniforme negro y blanco y esas botas con tacón que resonaban en el suelo de madera, unos ojos grandes resaltaban siempre en su redonda cara pero tenia una sonrisa preciosa:
-La cena esta lista Hiro y tus padres te esperan, y tu padre esta muy impaciente por verte..
Hiro miro en el armario y dijo mirando a la puerta ya cerrándose:
-Enseguida estoy.
De repente apareció Jenna escondida debajo de la cama, temblaba de frió, Hiro algo preocupado le susurro:
-Jenna..¿que te pasa?¿porque te has metido hay?..
Jenna le miro y le dijo entre lágrimas:
-Tenia miedo a que me vieran y me tuviera que ir y esos hombres me mataran..
Hiro sorprendido al oírlo:
-¿Quien te va a matar aquí?, estas a salvo tranquila, si quieres estate hay hasta que yo vuelva intentare traerte algo de comer, ahora debo ir a cenar, pero recuerda no hagas ruido suele venir mi sirvienta a ver como tengo el cuarto, pero tranquila ella no te hará nada..
Jenna mas tranquila le dijo :
-Vale, no me moveré pero cogeré la alfombra para no pasar frió ¡gracias!..

Hiro se dirigió al comedor. Bajo las escaleras y vio por la ventana del pasillo que llovía a cantaros, eso significaba que mañana estaría todo con charcos y no se podría salir, para el fue una faena por que quería salir lo antes posible para que no  la descubrieran, cuando entro en el comedor miro a su padre y le sonrió luego se sentó en su sitio, empezaron a comer sin decir ninguna palabra y a Hiro eso le extrañaba, aun que no tenia mucha conversación con sus padres. El salón era simple, con esas enormes cortinas azules y esos cuadros abstractos colgados por toda la casa pero sobre todo en el salón había unos seis horribles cuadros, la mesa era enorme y la comida era variada ya que el padre era vegetariano. Al acabar la cena su padre le pregunto a Hiro:
-¿Que había estado haciendo esta tarde?
 El le dijo:
-Nada, dar una vuelta por los alrededores!
El padre que lo había visto por el prado corriendo se callo. Cuando acabo Hiro de cenar, espero a que le retiraran el plato y cuando se lo retiraron, se despidió de sus padres y se fue, corrió hacia arriba pero antes de entrar a su habitación, paso por la cocina de arriba y cogió un trozo de tarta de fresa y dos manzanas, se dirigió a su cuarto. Jenna salio de debajo de la cama, ya que se estaba empezándose ha agobiar. Justo en ese momento entro Hiro con la comida.
-Toma, espero que te guste la tarta de fresa, también te he traído dos manzanas por si no te gustaba, Jenna le miro y se lo agradeció, empezó a comer tranquila, Hiro le contemplo y ella le miraba de vecen cuando de reojo, cuando acabo, le cogió de la mano y sigilosamente la llevo a la torre arriba del todo quería enseñarle lo que a el, le gustaba hacer a las noches, Jenna miraba el cuarto sorprendida, había un telescopio y muchas cajas apiladas por todos lados, aunque ella no entendía porque la había llevado allí, Hiro le sonrió y se quito la chaqueta para estar mas cómodo, la colgó en el perchero.
-Siempre vengo aquí me encanta ver las estrellas son tan bellas.
-Las estrellas ...?para eso me as traído hasta aquí..si podíamos haber mirado por la ventana o incluso salir al patio y ya las hubiese visto.
Jenna tenia frió y no le hacia mucha gracia haber subido tantas escaleras para ver unas simples estrellas en el cielo, Hiro empezó a reírse:
-Jenna!, ¿has visto el tiempo que hace? jaja que graciosa eres!
Jenna se rió aunque no emprendía nada, así que fue a la ventana y miro que llovía mucho, llovía tanto que apenas se veía algo con tantas nubes en el cielo:
-Lo siento, no sabia que hacia este tiempo.
Hiro algo sorprendido:
-No lo sientas, no lo sabias no es tu culpa no saberlo, y bueno te quiero enseñar que con el telescopio las veras mas cerca y mas bonitas de lo que ya son a simple vista.
Jenna a sombrada le miro:
- ¿Más cerca?¿te..les que?, sin comprender lo que decía.
Hiro le señalo el telescopio:
-Eso es con lo que veremos las estrellas. Se dirigió hacia el y miro por el telescopio y lo preparo todo para que pudiesen verse las estrellas, cogió a Jenna de la mano y le hizo un gesto para que absorberá por el telescopio, se acerco algo tímida y miro a través del telescopio una estrella, aunque para ella era una luz brillante y no sabia si era un estrella porque a ella le parecía que era el sol de lo grande que era.
Hiro le miro con una sonrisa:
-¿A que es sorprendente mente maravilloso?
Jenna asintió con la cabeza con una sonrisa, aun que deseaba soltarle ¿Enserio eso es una estrella?, parece el sol.
-Bueno lo siento por enseñarte esto, igual te parecerá una tontería y mas cuando deberás estar cansada y yo te hago subir hasta aquí, ya lo siento pensé que te gustaría, bueno ya podemos irnos a dormir, mañana es otro día y podemos venir si quieres ya que no podremos salir del castillo.
Jenna se sintió culpable.
-No pasa nada, me a gustado ver las estrellas a través de ese objeto raro que tienes, ¿ porque mañana no vamos a poder salir?.
Hiro algo mas alegre al saber que le había gustado:
-Si llueve así no se podrá, se hacen charcos de barro y de aquí no se puede salir, nos hundiríamos  son como arenas movedizas.
Jenna lo comprendió y asintió. Hiro fue a recoger las cosas y mientras Jenna se puso a mirar por la ventana y vio la luna llena entre las nubes, llamo a Hiro con un tono no muy alto pero ilusionada, el fue a mirar y le susurro:
-¡Que bonita! ,bueno debemos irnos es tarde y mañana habrá que levantarse temprano.
Se dirigieron al cuarto bajando las escaleras, Jenna bostezaba y le contagiaba el bostezo a Hiro estaban muy cansados, había sido un día muy largo, al llegar al cuarto abrió la puerta muy sigilosamente y entro con cuidado. Jenna paso y se sentó en la cama de Hiro .
Hiro cogió su pijama y pensó en el pijama para ella y entonces abrió la puerta  para irse y le susurro:
-Espera me aquí enseguida vuelvo y esta vez no te me escondas.
Jenna sentada en la cama, no le dio tiempo a decirle nada. Hiro fue al baño, era grande entraban hasta tres personas, había una ducha y dos lavabos, un bidé, una pequeña ventana y una alfombra verde para no resbalar se, se cambio y se puso el pijama azul a cuadros, entonces pensó en coger un pijama su madre para Jenna así estaría mas cómoda. Así que fue al trastero allí era donde se guardaban las cosas que no usaban, abrió un armario lleno de ropa y cogió un pijama rosa precioso que a su madre le quedaba pequeño. Cogió también el traje que se había quitado y fue a su habitación, por el camino se encontró a su madre  que se llamaba Rebecca era muy alegre siempre estaba con una sonrisa pero no era  muy habladora, siempre iba sigilosamente por los pasillos, y nadie la veía y eso que viste con colores muy coloridos, esta vez llevaba un camisón blanco y esas zapatillas rosas que le encantaban, pero a Hiro lo que mas le gustaba de su madre eran sus ojos marrones que tenían color miel y esa melena rubia, Rebecca le miro de arriba abajo pero Hiro fue abstuvo y escondió el camión debajo del traje y le dijo con una sonrisa:
-¡Buenas noches, madre!
Rebecca le contesto alegremente:
-Que descanses cielo.
Y se fueron a sus habitaciones. Jenna estaba mirando por la ventana cuando entro Hiro, al oír la puerta Jenna pego un bote del susto, el  riendo del susto que le había pegado:
-Te he traído un pijama, espero que te sirva.
-¡Que bonito!
Era su color preferido aun que el granate le encantaba. Hiro fue a una esquina de la habitación
-Venga que no miro.
Jenna con vergüenza se empezó a desvestir y se lo puso, le quedaba  muy bien parecía una princesa en ese momento se acerco a Hiro y le susurro:
-Ya puedes mirar.
-¿Que te parece?¿es algo grande, no? bueno a mi me encanta..
 Al verla se quedo cortado de lo hermosa que estaba lo único que le salio fue un:
-Uauuhhh que bien te queda.
Ella se sonrojo y le sonrió entonces fue cuando Hiro reacciono de aquel momento que ya había pasado unos minutos desde que le dijo eso, pero se había embobado con su sonrisa, mientras ella no paraba de dar vueltas y mirarse el pijama al espejo que había empotrado contra el armario.
-Tu dormirás en la litera de arriba y yo en la de abajo, no suelen venir a mirar si estoy, pero por si acaso madrugaremos para que la sirvienta no se de cuenta que tu estas aquí, te he prometido protegerte y haré lo posible para que no te pase nada.
 Jenna sin saber que mas decir se fue a la litera de arriba y se acostó pero antes le susurro:
-!Buenas noches y gracias Hiro..¡
Hiro medio dormido no dijo nada. La noche estaba tranquila no se escuchaba mas que la lluvia caer y el viento silbar.

3 comentarios:

  1. Vulgar es con "V", principio basico aprende ha escribir, el titulo del capitulo ya mal escrito y por lo que eh leido mucho mas tambien. Pesima escritora. Aunque sea pasale el corrector ortografico que es automatico.

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    1. ya lo modifique cuando lo escribí era mas pequeña ya lo siento.

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  2. esta to chulo sigue asi

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