domingo, 11 de septiembre de 2011

Princess capitulo dos

Capitulo 2: Los pensamientos engañan.


Esa noche Jenna, durmió muy poco, estaba aun sin poder reaccionar después de lo sucedido con sus padres, no tenia ya nada, ni familia, ni amigos. Solo tenia a Hiro y lo acababa de conocer, se sentía algo sola, se arropaba entre las sabanas mirando hacia la ventana y es tubo mirando como la lluvia caía contra el cristal unas cuantas horas hasta que Hiro se despertó y con cuidado fue al baño pensando que Jenna aun estaría dormida, cuando volvió se dio cuenta que ya estaba despierta así que le susurro:
-¿Has dormido bien?bueno ahora tendré que ir a desayunar con mi madre, te traeré alguna magdalena o cualquier otra cosa que encuentre, pero vendré pronto de mientras podrías ir al baño y ducharte, luego te traeré ropa limpia.
Jenna estirándose y frotándose los ojos bajo de la litera y se dirijo hacia él, algo adormilada:
-Si, si he dormido bien, aunque tengo un poco de sueño, y si que me gustan las magdalenas, ahora iré al baño y me lavare luego vengo, aquí te esperare y gracias .
Hiro le miro con una sonrisa y haciéndose el enfadado:
-Jenna te dicho que no me des las gracias te lo he prometido y te cuidare, y bueno me voy ya que me están esperando, vendré lo mas rápido que pueda, las toallas están en la balda y lo demás dentro del armario debajo del lavabo y la ropa tuya esta rota así que la tiraré cuando pueda, bueno hasta luego.
Dijo eso y bajo abajo ya vestido iba con ropa vieja pero elegante, aunque fuera vieja iba hasta bien vestido con unas bermudas y una camisa roja y las zapatillas de casa. Mientras se dirija al comedor ha desayunar se tropezó con Hanna que andaba algo despistada le pidió perdón a Hiro y se fue hacia arriba, Hiro extrañado le pregunto a donde se dirigía y Hanna le dijo que al baño y entonces fue cuando Hiro se puso nervioso y para despistarla le dijo:
-Pero que tienes que poner la mesa voy a desayunar deja el baño para mas tarde.
 Hanna le obedeció y se fue rápido al comedor a  poner la mesa. Hiro suspiro mas aliviado y entro en el comedor no estaba ni su madre y cuando vio a Sara la portera le pregunto por su madre. Ella le contesto:
-Ha salido me dijo que tenia que hacer recados y que vendría para la hora de comer.
 Hiro mas tranquilo se sentó en la mesa y cogió de la mesa unas magdalenas y algún bollo y bebió rápido la leche. Miro a Hanna y le dijo:
-Gracias Hanna pero prefiero oí desayunar en mi cuarto y no quiero que me molestes luego ya iras a limpiarlo ahora me voy  al baño a lavarme los dientes!.
Hanna algo sorprendida le miro como subía rápido las escaleras hacia su cuarto, y cuando desapareció siguió con sus tareas. Jenna acabándose de duchar salio de la ducha se recogido el pelo con una toalla y salio envuelta, se dirigió descalza al cuarto. Hiro al ver la luz del baño encendida entro tocando la puerta y se dio cuenta que ya no estaba, pero vio el pijama en el suelo y lo echo a lavar y luego fue al cuarto, allí la vio secándose el pelo con la toalla y sin saber como hablarle sin asustarla tosió:
-Hiro ala ¿esos bollos son de chocolate?. Dijo con voz sorprendida y emocionada.
-Si, toma son todos para ti!.
El no había comido aun ninguno pero estaba cansado de comerlos todos los días. Ha Jenna se le iluminaron los ojos:
-ooh ¿enserio todos para mi?.
Pensaba abrazarlo si no fuese por que tenia que sujetar su toalla para que no le viese desnuda. Hiro asintió y desde la puerta le dijo a Jenna:
-Ahora mismo te traigo ropa.
Jenna empezó a desayunar los bollos saboreando los y disfrutando de cada uno de ellos. Hiro se dirigió al trastero y saco mudas y un vestido precioso de su madre cuando era pequeña y unas botas muy bonitas. Jenna estaba manchada de chocolate y cuando Hiro entro y la vio con la cara cubierta y las manos llenas de chocolate, la risa le pudo y se rió sin pensarlo. Jenna se sentía mal porque no sabia de que se reía y cuando se lo dijo Hiro , se limpio con la toalla rápidamente, el le entrego la ropa y se fue al baño sin decir nada. Jenna con una sonrisa se vistió rápido se miro al espejo y se vio muy guapa nunca había vestido tan bien, se veía como una princesa, era como si estuviera viviendo en un cuento de Hadas. Hiro entro tocando la puerta y traía un peine:
-Toma es para ti, espero que te sirva no tengo otro.
Se dirigió a recoger los papeles de los bollos y las toallas y las fue a tirar a lavar y los papeles a la basura. Mientras Jenna se peinaba. Hiro se había ido sin decir nada pero  por su cabeza pasaba  cosas como:"que cada día esta mas bella" pero es que Jenna le dejaba sin palabras, nunca le había pasado, pero le hacia ser torpe y sobre todo le ponía nervioso, no sabia como reaccionar ante ella. Cuando Jenna acabo se coloco su collar al cuello y su antigua ropa la metió en una bolsa para tirar.
-Bueno ya estamos listos, ahora si quieres vamos a dar una vuelta, por este enorme castillo sera muy divertido pero sobre todo nunca te separes de mi, no quiero que te pierdas en el castillo.
Dijo con una sonrisa entre dientes y casi riéndose. Jenna asintió con una sonrisa y una mirada muy iluminada de la emoción, y se pusieron en marcha.
Hiro iba en silencio y mirando a todos lados mientras guiaba a Jenna tenia miedo de que les viesen. Aunque Hanna es tubo apunto de verles porque estaba subiendo hacia el cuarto de Hiro, justo cuando ellos se dirigían  a la terraza de arriba. Pero Hanna siempre se delataba, cantaba muy alegremente, decía que se le hacia el trabajo mas fácil y siempre se le escuchaba por la casa su dulce voz cantando melodías que Hiro apenas entendía. Cuando llegaron a la terraza, Hiro sabia que en cualquier momento empezaría a volver a llover pero tenían que pasar por allí para ir a un cuarto que había, estaba lleno de cuadros que estaban llenos de polvo, pero eran preciosos, el viento soplaba muy fuerte y a Jenna se le movía la melena, que se le ponia en la cara y no veía mas que sus pelos. Hiro sin soltarla de la mano le guiaba hacia la puerta, pero en ese momento que ya estaban Jenna se resbalo y cayó al suelo de rodillas. Hiro la levanto rápidamente y la miro:
-¿Estas bien?¿te has echo daño?
Muy preocupado, tenia cara de susto y le temblaba la voz, ella con una sonrisa de lado le miro casi con lagrimas en los ojos y le asintió con la cabeza. Hiro le miro las rodillas y no tenia nada pero por asegurarse:
-¿Puedes andar?
Y ella le asintió con al cabeza y siguieron pero esta vez con mas cuidado, llegaron a la puerta mas rápido de lo que pensaba Jenna, la puerta tenia cerradura y estaba cerrada, pero Hiro sabia que la llave estaba en la maceta que se sostenía  al fuerte aire en una esquina al lado de la puerta, Jenna se asombro un poco al ver donde estaba la llave y la rapidez en la que abrió la puerta, hizo un gesto para que entrara, Jenna al entrar miro a todos lados eran todos cuadros había algunos tapados, con sabanas blancas, en una esquina había botes de pintura y algunos pinceles. Jenna curiosa le pregunto:
-¿Quien los a pintado?, son preciosos me gusta aquel el del gato y el ratón.
-Mi madre, aunque algunos son míos pero no son tan bonitos como los que ves.
 Se dirijo a final del cuarto donde se situaba su espacio donde almacenaba allí sus obras ,Jenna le siguió y observo los cuadros asombrada, lo primero que le llamo la atención fue la ventana estaba en el techo en la que se podía ver el cielo atreves de ella. Cuando vio las obras de Hiro se sorprendió más que con la ventana, eran tan bonitos y sin palabras los empezó a observar uno por uno.
Hiro mirándola inquietante mente le seguía con la mirada, hasta que no pudo aguantar preguntarle:
-¿Bueno y que te a parecido?,se que no dibujo tan bien como mi madre, pero bueno espero algún día poder dibujar tan bien.
-¿Lo dices enserio?están muy bien ,seguro que llegas a dibujar como tu madre o mejor.
Hiro con una pequeña sonrisa le miro y algo sonrojado por que no se lo esperaba, se fue hacia la puerta y le hizo un gesto para que fuera a junta el, ella fue y entonces salieron de esa habitación, entre el aire y la lluvia a Hiro le costo volver a cerrar la puerta tubo que hacer un gran esfuerzo. Aunque al rato el aire se calmo un poco y pudieron salir de allí. Hiro no sabia a donde podían ir, el ya conocía todo el castillo y sabia que a cualquier lugar que fuesen no abría nada que a Jenna le interesara . Hiro pensaba que Jenna era una pobre que le gustaban las muñecas y estar todo el día mirando las nubes, pero eso no era cierto, lo que el no sabia era que a Jenna le gustaba escribir y dibujar tenia un cuaderno lleno de dibujos y pequeñas historias.¿Pero porque Jenna no le a dicho a Hiro que tiene ganas de volver a casa a por sus recuerdos?, ¿tiene miedo de volver o es porque cree que esta mejor con Hiro que sola?


*****


Después de unas horas recorriendo el castillo, Jenna y Hiro les empezó a rugir las tripas, así que decidieron dirigirse a la cocina a comer algo, ya era tarde, ha Hiro se le había pasado la hora de comer, pero no le importaba ya que sus padres no estaban en casa. Jenna entro primera en la cocina y se a sombro a ver una cocina tan grande, la suya era muy pequeña, aun recuerda que cuando sus abuelos iban a cenar no entraban todos en la cocina pero en aquella en la que estaban entraba mas gente. Era grande pero también muy brillante estaba todo limpio y ordenado, como las de los catálogos, de esas casas que ponen unas fotos de cocinas que son muy lujosas y con estilo, aunque la que veía no era muy lujosa había visto en catálogos cosas mas impresionantes. Hiro abrió el frigorífico y saco algún yogur y un trozo de empanada de carne. La miro pensando que estará mirando con esa cara de asombro, como si nunca hubiese visto una cocina.
Jenna al poco rato le miro y tomo un trozo de empanada y susurro un gracias con mucha vergüenza. Ella siempre fue tímida pero esta vez le costaba, era casi imposible para ella, creer lo que le estaba sucediendo, nunca había conocido a alguien, que la cuidase tan bien, aparte de su familia, pero esta vez se sentía como una princesa, aunque le dolía mucho aun lo de sus padres, deseaba que estuvieran vivos para ver este gran castillo y poderles presentar les a Hiro.
Hiro al acabar de comer le ofreció zumo y agua, con una sonrisa le miro a Jenna un poco preocupado.
Ella se sorprendió al verle con esa cara.
-Hiro ¿pasa algo?
-Creo que te pasa algo.¿Estas bien ,se te ve triste?.
Dijo algo preocupado, ella miro al suelo antes de contestarle.
-Es que he perdido a mis padres, pero estas tu aquí cuidándome como  si fueses ellos.
El sin saber que decir le abrazo fuerte. Ella empezó a llorar abrazándolo muy fuerte, en ese momento se escucho un ruido y Hiro asustado pensando que seria Hanna o Sara buscándole, se separo rápidamente de ella y le hizo un gesto para que se escondiera debajo de la mesa, ella le obedeció, Hiro hizo como si ya hubiera acabado  de merendar y apago la luz, salio de la cocina haber quien estaba. Pero se sorprendió al ver a su gato que lo llamaba Sweet, allí restregándose contra una maceta que hacia un ruido como si alguien estuviera limpiando, Sweet era de color negro pero sobre todo le encantaba, comer chuches, de hay el nombre Sweet, siempre esta lamiendo cosas y recorriendo todo el castillo, hacia unos días que nadie lo veía. Hiro  le cogió en brazos y  entro de nuevo a la cocina, encendió la luz  y entre risas se lo mostró a Jenna.
-Fue Sweet mi gato, estaba haciendo una de las suyas, casi tira la maceta por las escaleras, ¡ufff!!, que llegue a tiempo para impedírselo.
Ella acariciaba a Sweet, le encantaban lo animales y le salio una sonrisa, no sabia por que le hacia sonreír, pero incluso ella se sorprendió al ver que, un simple gato le podía hacer sonreír,ella seguía debajo de la mesa y el gato ya se había ido con Hiro, esperaba esperando a que dijera algo, pero Hiro estaba muy entretenido jugando con Sweet. Jenna sin saber que hacer siguió acariciando a Sweet, hasta que Hiro le hizo rabiar a Sweet y la araño  haciéndole un rasguño, en el brazo. Hiro rápidamente soltó a Sweet y lo dejo escapar.
-¿Estas bien?, lo siento no pensé que te arañaría, solo estaba jugando con él, nunca ha echo daño a nadie. Dijo muy preocupado, ella miraba el rasguño, pero no le dolió, ni si quiera grito, estaba acostumbrada a jugar y siempre hacerse daño que ya ni se sorprendía.
-Sí, estoy bien no a sido nada.
El preocupado cogió un trozo de papel  lo humedeció y se lo empezó a pasar por el brazo.
Después se fueron ha andar por los pasillos aunque Hiro no paraba de mirar el brazo de Jenna culpándose por lo sucedido. Jenna mientras caminaba por el pasillo se le ocurrió correr hacia el fondo, donde se veía una luz, Hiro fue detrás y de repente llena tropezó con una madera un poco salida del suelo y callo al suelo y empezó a llorar. Hiro fue mas rápido y la levanto, la miro mas preocupado de lo que ya estaba por lo ocurrido con Sweet
-No volveré a dejarte sola, ¿donde te as echo daño?
Jenna señalo la rodilla tenia una rozadura, de haberse rozado contra la madera seca que cubría el suelo,  pero no era de preocupar, Hiro le beso la herida y ella paro de llorar sorprendida por el beso
-Hiro..lo siento..soy un poco torpe y descuidada, nunca miro por donde ando..
-Yo también soy torpe, anda no te preocupes, nos sentaremos en esta habitación que es la de los invitados, ahí  una cama y podrás tumbarte y descansar un poco.
Ella asintió con la cabeza y intento caminar hacia la puerta que estaba enfrente de ella, pero no podía tenia la pierna dolorida.
-No puedo caminar,¿me podrías ayudar?
-Claro que si, si todo esto pasa por mi culpa.
Le cogió en brazos y con cuidado abrió la puerta de la habitación, se dirigió a la cama y allí la dejo, Jenna  se empezó acomodar en la cama.
-Tranquilo estoy bien, si quiero algo no dudare en decírtelo.
El sorprendido le dio una manta como si le hubiese leído la mente ya que la veía temblar, era de las habitaciones mas frías que había en el castillo. Después de taparla, fue hacia un sillón que estaba enfrente de la ventana y dejo la mente en blanco. Jenna no tardo en dormirse, y por su cabeza solo pasaba sus torpes y dolorosas caídas, se sentía avergonzada y tubo un sueño aun que era mas una pesadilla que un dulce sueño.
" Estaba ella en la cama dormida cuando se acababa de despertar, solo veía la habitación llena de sangre y la lampara se le callo encima, cubriéndola de cristales, ella no sentía nada pero grito asustada.."
Y el grito no lo hizo solo en sus sueños, Hiro pego un salto del sillón del susto y fue hacia ella, intento despertarla muy asustado.
-Jenna, ¿que sucede?, ¿estas bien?, ¿que te pasa?..
Ella abrió los ojos asustada y con miedo y sin decir nada le abrazo, cuando pudo ver que solo era una pesadilla se lo contó.
-¿Una pesadilla?, pos parecía que te estabas muriendo, me has dado un susto.
- Lo siento, desde que murieron mis padres, no paro de tener pesadillas.
El la abrazo aun mas fuerte y la comprendió sabia que era duro perder a los padres. Al rato Hiro empezó a hacerse preguntas, por su cabeza pasaban cosas como, ¿y que pasara con ella cuando pase un tiempo?, ¿ y si mis padres muriesen, que haría yo sin ellos?,¿ que se siente cuando pierdes a tus padres?.. tantas preguntas sin respuestas le hicieron temblar, solo de pensar en como se sentía ella.



sábado, 10 de septiembre de 2011

Princess capitulo uno

Capitulo 1:Una nueva vida.



Hace ocho años, en un campo de girasoles, situado al norte de Suecia, eran las siete de la tarde. Una niña  llamada Jenna con una media melena y de color marrón, con unos ojos verdes, corría por esos campos , llevaba un vestido de color granate, un poco corto, con una rebeca blanca que le hizo su abuela, en su cumpleaños también, llevaba unas botas pero parecían viejas de lo desgastadas que estaban, esa niña tenia solo ocho años, iba por el campo de girasoles huyendo de los que mataron a su familia. Cuando de repente mientras iba corriendo se tropezó con un chico de  cabello rubio, y unos ojos marrones que le miraban a la niña, llevaba baqueros y una camisa blanca que le dejo su padre y unas botas que parecían nuevas, allí estaba el niño que se llamaba Hiro y tenia diez años, mirando fijamente a la niña,

La niña de rodillas suplicaba ayuda, lloraba y lloraba, Hiro le extendió la mano, Jenna le dio la mano que la tenia llena de sangre, el niño tiro de su mano la levanto de un tirón y empezó a correr sin soltarla. Iban por todo el campo  de girasoles, corriendo agarrados de la mano. Hasta que llegaron a un bosque lleno de arbustos y yerba alta, que les llegaba un poco mas arriba de  las rodillas, Jenna tenia miedo de entrar a ese bosque pero era la única forma de escapar, miraron hacia atrás y vieron que les seguían y sin pensárselo dos veces, se metieron en el bosque oscuro. La  leyendas decía que los que entraban nunca salían de allí, pero Hiro sabia que eso no era verdad  ya  que el solía ir por allí a menudo para ir a su casa. Jenna confió en el y agarrados de las manos  entraron al bosque. Empezó a oscurecer así que se dieron prisa y salieron rápido de ese bosque. Hiro debía volver al castillo, pero no la iba a dejar allí.

Así que decidió llevarla con él y esconderla en el castillo, no sabia como la iba a llevar sin que la viesen y si ella querría ir con él, pero tenia sus ventaja de vivir en una castillo tan grande, una era que arriba apenas subían y había una cocina que la usan de despensa otra es que seria fácil subir  sin que nadie viese a Jenna  y el baño estaba cerca y nadie lo usaba, la habitación de Hiro estaba situada arriba, en ese piso no dormía nadie mas, sabia que por eso no debía preocuparse pero le preocupaba que ella no quisiera ir con el. Así que antes de llevarla debía por lo menos saber el nombre de la niña y si quería ir con el.

Fueron a un lago muy cerca del castillo, al llegar se sentó en un banco y le hizo un gesto para que la niña se sentara a su vera, se quedaron sentados contemplándose unos minutos, hasta que el niño rompió el hielo.
-¿Como te llamas?, le dijo Hiro con timidez.
-¡Jenna!¿y tu? dijo en voz baja.
-¡Hiro!.
Le miro con una sonrisa, por la cabeza se le pasaban miles y miles de preguntas así que se puso a preguntar, interrogándola:
-¿Por que te seguían esos hombres?,¿que querían?, ¿porque estas llena de sangre?, ¿te han echo algo?...
-Vinieron a mi casa y mataron a mi familia, yo venia de coger el pan cuando los vi allí tirados, llenos de sangre y ahí fue cuando uno de los hombres me vio y empezaron a perseguirme.
Le cae una lágrima por la mejilla  ya que seguía en shock al ver a sus padres muertos y aun no era capaz de no tartamudear al contarlo.
-Tranquila ya estas a salvo se habrán cansado de buscarnos.
Hiro abrazo a Jenna con fuerza. Mientras la abrazaba le susurro en el oído: ¡yo te cuidare y no dejare que te hagan nada nadie!
Jenna se quedo tranquila al oír sus palabras, pero seguía llorando y con tanto sufrimiento no le salían ni palabras. Así que estuvieron unos cuantos minutos en silencio absoluto se oían las hojas de los arboles golpeándose con el viento. Hiro cuando miro el reloj eran ya las once tenia que irse, fue en ese momento que le beso la mejilla y se separo un poco de ella, le miro a los ojos y con una sonrisa le dijo:
-Entonces, ¿te vienes a vivir conmigo?
Ella asintió con la cabeza y le ofreció la mano, le cogió de la mano y se dirigieron hacia el castillo. Hiro iba pensando como entrar sin que la vieran, ella no paraba de recordar la imagen de sus padres llenos de sangre tirados en el salón.
Cuando llegaron Hiro se dirigió a la parte de atrás del castillo, abrió una  puerta como de madera vieja pero no chirriaba, entraron rápidamente Hiro la acompaño a su habitación, antes de irse le dijo:
-!Queda te aquí, no tardo debo irme un momento, pero intenta no hacer ningún ruido!
Jenna le sonrió y le susurro:
-No me moveré lo prometo, te esperare aquí sentada.
Hiro hizo el mismo recorrido que antes pero esta vez entro por la puerta principal. Ay estaba la portera Sara esperándole, era una mujer alta ,con pelo corto y negro, entre unos 40 o 45 años, era delgada, vestía su uniforme negro y rojo que le favorecía mucho y tenia muchas llaves en el costado colgadas de una anilla al cinturón, hacían  ruido cuando andaba. Sara miro a Hiro y le sorprendió porque estaba sofocado como si hubiera venido de una carrera, pero no le dijo nada. Hiro la saludo y se fue directo a su cuarto que estaba en el antepenúltimo piso, subió rápidamente las escaleras y entro, pero no vio a Jenna en el cuarto entonces fue cuando empezó a susurrar su nombre.
-Jenna.. ¿donde te has metido?, esto no es un juego.. Jenna ..sal de donde estés.

El cuarto era enorme y tenia un armario enorme, había una ventana que daba al bosque, y una litera, y tenia un baúl  azul en un costado de las camas, en ese momento se oyó cerrar la puerta era el padre de Hiro. Se llamaba Luis pero siempre le llamaban Ulises tenia barba, un cabello rubio y ojos verdes, era muy elegante siempre iba de traje negro o azul, esta vez estrenaba zapatos estos ya no eran como los otros estos tenían unos cordones blancos y el color de los zapatos no era negro ni azul era un entremedio como un azul marino, siempre llevaba su maletín negro y un puro en la boca. Lo primero que hizo al entrar fue preguntar a Sara si había llegado Hiro. Sara le contesto al Señor Ulises que acababa de llegar hace unos segundos y después de saber que estaba en casa se fue al salón como habitual mente.
Hiro mientras buscaba a Jenna  que no había rastro de ella, decidió ponerse un traje para cenar, ya que a su padre le gustaba que a las cenas fuera elegante con traje y corbata, pensó donde se podía haber metido Jenna pero eso no era lo que le preocupaba lo que le preocupaba era donde iba a dormir Jenna.
No le dio tiempo a pensar más, la sirvienta Hanna abrió la puerta y dijo con una sonrisa tenia un cabello negro y brillante y con su uniforme negro y blanco y esas botas con tacón que resonaban en el suelo de madera, unos ojos grandes resaltaban siempre en su redonda cara pero tenia una sonrisa preciosa:
-La cena esta lista Hiro y tus padres te esperan, y tu padre esta muy impaciente por verte..
Hiro miro en el armario y dijo mirando a la puerta ya cerrándose:
-Enseguida estoy.
De repente apareció Jenna escondida debajo de la cama, temblaba de frió, Hiro algo preocupado le susurro:
-Jenna..¿que te pasa?¿porque te has metido hay?..
Jenna le miro y le dijo entre lágrimas:
-Tenia miedo a que me vieran y me tuviera que ir y esos hombres me mataran..
Hiro sorprendido al oírlo:
-¿Quien te va a matar aquí?, estas a salvo tranquila, si quieres estate hay hasta que yo vuelva intentare traerte algo de comer, ahora debo ir a cenar, pero recuerda no hagas ruido suele venir mi sirvienta a ver como tengo el cuarto, pero tranquila ella no te hará nada..
Jenna mas tranquila le dijo :
-Vale, no me moveré pero cogeré la alfombra para no pasar frió ¡gracias!..

Hiro se dirigió al comedor. Bajo las escaleras y vio por la ventana del pasillo que llovía a cantaros, eso significaba que mañana estaría todo con charcos y no se podría salir, para el fue una faena por que quería salir lo antes posible para que no  la descubrieran, cuando entro en el comedor miro a su padre y le sonrió luego se sentó en su sitio, empezaron a comer sin decir ninguna palabra y a Hiro eso le extrañaba, aun que no tenia mucha conversación con sus padres. El salón era simple, con esas enormes cortinas azules y esos cuadros abstractos colgados por toda la casa pero sobre todo en el salón había unos seis horribles cuadros, la mesa era enorme y la comida era variada ya que el padre era vegetariano. Al acabar la cena su padre le pregunto a Hiro:
-¿Que había estado haciendo esta tarde?
 El le dijo:
-Nada, dar una vuelta por los alrededores!
El padre que lo había visto por el prado corriendo se callo. Cuando acabo Hiro de cenar, espero a que le retiraran el plato y cuando se lo retiraron, se despidió de sus padres y se fue, corrió hacia arriba pero antes de entrar a su habitación, paso por la cocina de arriba y cogió un trozo de tarta de fresa y dos manzanas, se dirigió a su cuarto. Jenna salio de debajo de la cama, ya que se estaba empezándose ha agobiar. Justo en ese momento entro Hiro con la comida.
-Toma, espero que te guste la tarta de fresa, también te he traído dos manzanas por si no te gustaba, Jenna le miro y se lo agradeció, empezó a comer tranquila, Hiro le contemplo y ella le miraba de vecen cuando de reojo, cuando acabo, le cogió de la mano y sigilosamente la llevo a la torre arriba del todo quería enseñarle lo que a el, le gustaba hacer a las noches, Jenna miraba el cuarto sorprendida, había un telescopio y muchas cajas apiladas por todos lados, aunque ella no entendía porque la había llevado allí, Hiro le sonrió y se quito la chaqueta para estar mas cómodo, la colgó en el perchero.
-Siempre vengo aquí me encanta ver las estrellas son tan bellas.
-Las estrellas ...?para eso me as traído hasta aquí..si podíamos haber mirado por la ventana o incluso salir al patio y ya las hubiese visto.
Jenna tenia frió y no le hacia mucha gracia haber subido tantas escaleras para ver unas simples estrellas en el cielo, Hiro empezó a reírse:
-Jenna!, ¿has visto el tiempo que hace? jaja que graciosa eres!
Jenna se rió aunque no emprendía nada, así que fue a la ventana y miro que llovía mucho, llovía tanto que apenas se veía algo con tantas nubes en el cielo:
-Lo siento, no sabia que hacia este tiempo.
Hiro algo sorprendido:
-No lo sientas, no lo sabias no es tu culpa no saberlo, y bueno te quiero enseñar que con el telescopio las veras mas cerca y mas bonitas de lo que ya son a simple vista.
Jenna a sombrada le miro:
- ¿Más cerca?¿te..les que?, sin comprender lo que decía.
Hiro le señalo el telescopio:
-Eso es con lo que veremos las estrellas. Se dirigió hacia el y miro por el telescopio y lo preparo todo para que pudiesen verse las estrellas, cogió a Jenna de la mano y le hizo un gesto para que absorberá por el telescopio, se acerco algo tímida y miro a través del telescopio una estrella, aunque para ella era una luz brillante y no sabia si era un estrella porque a ella le parecía que era el sol de lo grande que era.
Hiro le miro con una sonrisa:
-¿A que es sorprendente mente maravilloso?
Jenna asintió con la cabeza con una sonrisa, aun que deseaba soltarle ¿Enserio eso es una estrella?, parece el sol.
-Bueno lo siento por enseñarte esto, igual te parecerá una tontería y mas cuando deberás estar cansada y yo te hago subir hasta aquí, ya lo siento pensé que te gustaría, bueno ya podemos irnos a dormir, mañana es otro día y podemos venir si quieres ya que no podremos salir del castillo.
Jenna se sintió culpable.
-No pasa nada, me a gustado ver las estrellas a través de ese objeto raro que tienes, ¿ porque mañana no vamos a poder salir?.
Hiro algo mas alegre al saber que le había gustado:
-Si llueve así no se podrá, se hacen charcos de barro y de aquí no se puede salir, nos hundiríamos  son como arenas movedizas.
Jenna lo comprendió y asintió. Hiro fue a recoger las cosas y mientras Jenna se puso a mirar por la ventana y vio la luna llena entre las nubes, llamo a Hiro con un tono no muy alto pero ilusionada, el fue a mirar y le susurro:
-¡Que bonita! ,bueno debemos irnos es tarde y mañana habrá que levantarse temprano.
Se dirigieron al cuarto bajando las escaleras, Jenna bostezaba y le contagiaba el bostezo a Hiro estaban muy cansados, había sido un día muy largo, al llegar al cuarto abrió la puerta muy sigilosamente y entro con cuidado. Jenna paso y se sentó en la cama de Hiro .
Hiro cogió su pijama y pensó en el pijama para ella y entonces abrió la puerta  para irse y le susurro:
-Espera me aquí enseguida vuelvo y esta vez no te me escondas.
Jenna sentada en la cama, no le dio tiempo a decirle nada. Hiro fue al baño, era grande entraban hasta tres personas, había una ducha y dos lavabos, un bidé, una pequeña ventana y una alfombra verde para no resbalar se, se cambio y se puso el pijama azul a cuadros, entonces pensó en coger un pijama su madre para Jenna así estaría mas cómoda. Así que fue al trastero allí era donde se guardaban las cosas que no usaban, abrió un armario lleno de ropa y cogió un pijama rosa precioso que a su madre le quedaba pequeño. Cogió también el traje que se había quitado y fue a su habitación, por el camino se encontró a su madre  que se llamaba Rebecca era muy alegre siempre estaba con una sonrisa pero no era  muy habladora, siempre iba sigilosamente por los pasillos, y nadie la veía y eso que viste con colores muy coloridos, esta vez llevaba un camisón blanco y esas zapatillas rosas que le encantaban, pero a Hiro lo que mas le gustaba de su madre eran sus ojos marrones que tenían color miel y esa melena rubia, Rebecca le miro de arriba abajo pero Hiro fue abstuvo y escondió el camión debajo del traje y le dijo con una sonrisa:
-¡Buenas noches, madre!
Rebecca le contesto alegremente:
-Que descanses cielo.
Y se fueron a sus habitaciones. Jenna estaba mirando por la ventana cuando entro Hiro, al oír la puerta Jenna pego un bote del susto, el  riendo del susto que le había pegado:
-Te he traído un pijama, espero que te sirva.
-¡Que bonito!
Era su color preferido aun que el granate le encantaba. Hiro fue a una esquina de la habitación
-Venga que no miro.
Jenna con vergüenza se empezó a desvestir y se lo puso, le quedaba  muy bien parecía una princesa en ese momento se acerco a Hiro y le susurro:
-Ya puedes mirar.
-¿Que te parece?¿es algo grande, no? bueno a mi me encanta..
 Al verla se quedo cortado de lo hermosa que estaba lo único que le salio fue un:
-Uauuhhh que bien te queda.
Ella se sonrojo y le sonrió entonces fue cuando Hiro reacciono de aquel momento que ya había pasado unos minutos desde que le dijo eso, pero se había embobado con su sonrisa, mientras ella no paraba de dar vueltas y mirarse el pijama al espejo que había empotrado contra el armario.
-Tu dormirás en la litera de arriba y yo en la de abajo, no suelen venir a mirar si estoy, pero por si acaso madrugaremos para que la sirvienta no se de cuenta que tu estas aquí, te he prometido protegerte y haré lo posible para que no te pase nada.
 Jenna sin saber que mas decir se fue a la litera de arriba y se acostó pero antes le susurro:
-!Buenas noches y gracias Hiro..¡
Hiro medio dormido no dijo nada. La noche estaba tranquila no se escuchaba mas que la lluvia caer y el viento silbar.